sábado, 3 de octubre de 2009

El Embarazo - Las contracciones

No creas que las contracciones son siempre como vemos en las películas: un dolor fortísimo en el vientre que nos deja sin respiración. Esas son únicamente las contracciones de expulsión, es decir, las que tendremos cuando el bebé esté a punto de nacer. Los seis meses antes de que esto pase, vas a estar experimentando otras contracciones (se llaman de Braxton-Hicks), que no son dolorosas (habitualmente, algunas sí son molestas), y que el útero va realizando para prepararse para el parto.

Mientras sean pocas no pasa nada, pero es importantísimo que aprendas a distinguirlas para que, si empiezan a ser más de las que corresponde, acudas al médico.

Te aseguro que me quedé muy impresionada cuando en clase de preparación al parto –éramos unas 20 chicas, todas embarazadas de más de 4/5 meses-, nos preguntaron cuántas habíamos tenido ya contracciones y sólo tres levantaron la mano. Resulta que a partir del tercer mes TODAS habíamos tenido contracciones y no las habíamos identificado!!!!. No hay que obsesionarse con esto, pero sí que es importante que lo sepas para poder evitar un posible parto prematuro. Muchos se evitarían si todas supiéramos identificar las contracciones y saber cuántas son demasiadas y hay que avisárselo al ginecólogo.

Una contracción es cuando se te pone la TRIPA DURA, permanece durante unos segundos de esa manera (20, 30, 40…) y luego se relaja.

Hasta los 6 meses de embarazo, se pueden tener hasta 5 – 6 contracciones ESPACIADAS al día (si empiezan a ser regulares, avisa al gine). A partir del 6º mes, pueden aumentar a 8 – 10 contracciones ESPACIADAS a lo largo de todo el día (y de nuevo, si empiezan a ser regulares, avisa al gine).

Que sean regulares no es que ocurran siempre con el intervalo idéntico de tiempo, puedes tener una... otra a los 10 minutos... otra a los 8 minutos... otra a los 12 minutos... otra a los 9... el caso es que las vayas sintiendo una tras otra, versus las esporádicas que significa tener una.... a la hora otra ... a las tres horas otra... a las cinco horas otra...

Los excesos físicos o psíquicos, hacer abdominales, una infección urinaria (hay que poner especial cuidado con la higiene íntima durante estos meses), una hipertonía uterina (cuando sientes que te pesa la tripa), incluso usar pantalones con cinturilla, provocan contracciones. Si estás pasando una situación de estrés, o si pasas mucho tiempo de pie a lo largo del día, o tienes que caminar mucho, o subir muchas escaleras... estate pendiente de tu útero, que te avisará si te estás pasando!!!!!.

La razón por la que no llegamos a identificar esas contracciones es porque nos están pasando tantas cosas “por ahí dentro”, que es difícil distinguirlo a no ser que te concentres en ello. Puedes confundirlo con una patadita de tu bebé, con un dolor de estómago... con cualquier cosa. Pero a la más mínima duda, siéntate y concéntrate, “escucha” a tu cuerpo y verás como rápidamente te darás cuenta si lo que estás sintiendo es una contracción (ya sabes – la tripa se pone dura – se mantiene dura unos segundos – se relaja después).

Si te da la sensación de que estás teniendo bastantes contracciones seguidas (aunque no sean dolorosas), no hay que angustiarse y coger el teléfono con urgencia para llamar al médico. Primero comprueba si puedes hacerlas parar, haciendo lo siguiente:

Coge una botella de agua de dos litros, túmbate cómodamente del lado izquierdo, y durante dos horas, ve bebiendo el agua hasta acabarla, mientras tratas de relajarte todo lo posible (o poniéndote música, o leyendo, o haciendo alguna técnica de relajación).

Si con esto no consigues que las contracciones dejen de ser regulares, entonces llama (sin agobio) al médico para contárselo.

3 comentarios:

  1. Anda María, lo de la botella para qué es??qué curioso.
    Cuéntame.bs

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  2. Verdad que sí? en general siempre recomiendan que las embarazadas beban mucha agua, pero especialmente si estás sintiendo más contracciones de las que debes, lo primero que debes hacer es hidratarte bien. La razón está relacionada con la oxitocina -la hormona que provoca las contracciones-, que funciona de una manera curiosa: se libera más cuando el cuerpo libera la hormona antidiurética -cuando estás más deshidratada-, o sea que los médicos dicen que si evitas que se libere la antidiurética, bebiendo más, también favoreces que no se libere la oxitocina.

    Ya ves!!!

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  3. Gracias María, super tranquilizadorá tu explicación! :D!

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