Quiero dedicar un apartado especial a este tema: como al estar embarazadas nos sentimos tan pesadas, a menudo los baños prolongados de agua bien calentita nos suponen mucho alivio... pues no debes hacerlo.
Para empezar, la temperatura de una embarazada no debe superar nunca los 38º. La exposición del cuerpo a agua de elevada temperatura provoca 'hipertermia', una subida anormal de la temperatura de la piel, lo que hace que la sangre se dirija rápidamente hacia la piel para bajar la temperatura mediante la vasodilatación. Al irse la sangre hacia tu piel, riega menos la placenta, lo que provoca que le llegue menos oxígeno y menos nutrientes.
Esto significa que si te acostumbras a darte con frecuencia baños y duchas de agua muy caliente, potencialmente podría afectar a las funciones vitales del bebé, o sea que... a bajar la temperatura del agua!!!!! ;o)
Tampoco los baños deben ser prolongados por riesgo de infecciones, o sea que ¡una limitación más! gracias a Dios que luego tenemos una gran recompensa!
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario