Lo primero: recuerda llevar todos los papeles que se necesitan, la bolsa con las cosas del bebé y de los dos padres y elementos de distracción para las contracciones (más adelante te lo explico).
- Enema: Al ingresar, de las primeras cosas que harán será ponerte un enema. Vale, no es agradable, pero date cuenta que el canal del parto pasa en paralelo por toda la zona del final del intestino grueso –el recto-, por lo que si lo tienes “lleno”, para empezar le estás quitando espacio al bebé en su salida –y un centímetro puede ser importante-, aparte de que, en cualquier caso, lo vaciarás en el paritorio con los pujos. Casi mejor hacerlo en el cuarto de baño tranquilamente!!!!!.
Si te van a poner la vía y no te han ofrecido el enema, avísalo, porque luego con la vía te resultará más complicado moverte.
Te cuento cómo hacer que funcione bien el enema: probablemente te lo pondrán en la cama, tumbada de lado (o de pie en el baño, depende de tus contracciones). Si estás en la cama, quédate tumbada hasta que notes que te entran ganas. En ese momento, levántate y pasea pero aguanta tres minutos desde ese momento para que funcione bien.
- Vía: En el momento en que hayas conseguido vaciar los intestinos ;o), te pondrán una vía. Dado que no puedes comer ni beber absolutamente nada, te mantendrá hidratada.
- Rotura de bolsa: Si llegas al hospital sin haber roto bolsa, te la romperán allí. La razón para romperla es que el líquido amniótico impide que el bebé termine de apoyar la cabeza y empuje, por lo que habitualmente antes de ponerte la epidural, te romperán la bolsa.
Que te rompan la bolsa, en sí, no duele, porque la bolsa no tiene terminaciones nerviosas, lo que sí puede doler es que el cuello del útero aún esté “en posterior” (quiere decir que no ha girado para ponerse en paralelo al canal del parto), y tengan que “llegar”, como en el caso de las exploraciones: eso es lo que duele. Ah! y otro detalle a tener en cuenta: en el momento en que se rompe la bolsa –por sí sola o provocado en el hospital, da igual-, las contracciones duelen más.
- Monitorización: Tan pronto estés con la vía puesta, te pondrán los monitores para ir “viendo” al bebé. No es más que un aparato con unos cables con pequeñas ventosas que te colocan en la tripa para ir captando la frecuencia de los latidos del corazón del bebé y tus contracciones. La monitorización puede ser interna o externa (es lo mismo).
Datos de la monitorización:
- Si la intensidad de las contracciones no pasa de 20, aún son flojas.
- Siempre hay un decalaje de segundos entre los números digitales y lo que refleja el papel: hay que fijarse en los números digitales de la máquina.
- Hasta 160 pulsaciones, la frecuencia cardíaca del bebé es normal.
- Si en la hoja se produce un espacio, puede que sea porque el bebé se ha movido. Espera dos o tres segundos, y en caso de que no vuelva a marcar, avisa a la matrona para que lo recoloquen.
Te recomiendo que la persona que está contigo sea quien está pendiente del monitor, ya que podrá estar más tranquilo, y que avise a la matrona si pasa algo de lo siguiente:
- Si las pulsaciones bajan de 90 / 95, suben y vuelven a bajar. Puede que no sea nada, sólo que la cabeza está bajando.
- Si las pulsaciones bajan y no suben.
- Si la línea es lineal casi durante 2 ó 3 minutos. Si esto ocurre, lo mejor es que te tumbes sobre el lado izquierdo – cojas aire – aguantes un poco el aire dentro – soples lentamente, así hasta que llegue la matrona.
- Exploración: Durante la dilatación, la matrona te va explorando para ver cómo está el cuello del útero de borrado y cuánto has dilatado. Esto no hay ninguna manera buena de decirlo: estas exploraciones, hasta que el útero se alinea con el canal de salida, son muy dolorosas.
Para saber cómo estás de avanzada, hay tres datos que lo indican:
- el estado del cuello del útero (borrado o no)
- los centímetros de dilatación ( el máximo es 10)
- la colocación de la cabeza del bebé (si está apoyado o no)
Otro detalle desagradable: Si el cuello del útero no se está borrando por igual, puede que te quede un “reborde” que la matrona te ayuda a aflojar masajeándote el cuello del útero – esto es dolorosísimo. Lo único que se puede hacer es toser en el momento en que te introduce los dedos (relajas el músculo y duele menos), y hacer respiraciones en dos tiempos (dos dentro - dos fuera – dos dentro – dos fuera...).
- Goteo de Oxitocina: La oxitocina es una hormona que segrega nuestro propio cuerpo y genera las contracciones del útero, y puede pasar que el médico decida ponerte oxitocina sintética por vía intravenosa por alguna de estas razones:
- Para inducir el parto: Puede ser porque hayas roto la bolsa pero no estés teniendo contracciones, o porque ha llegado la semana 41 y no te has puesto de parto, o en general porque el médico considere que haya que producir el parto por cualquier riesgo.
- Para aumentar las contracciones y estimular el parto: Puede ocurrir que lleves muchas horas y las contracciones no están produciendo suficiente dilatación o en general, el médico prevea que el parto no se va a producir en un plazo de tiempo seguro para el bebé y para ti.
No es un analgésico, o sea que no vas a notar limitación de movimiento -puedes moverte-, lo que va a hacer es provocar contracciones. Hay un mito que es que las contracciones con oxitocina sintética son más dolorosas, aunque parece ser que no es cierto, simplemente que comienzan bruscamente las contracciones más fuerte en vez de hacerlo progresivamente, pero duelen igual que si las estuviera provocando tu propio cuerpo.
El momento en que sí son más dolorosas las contracciones -como he comentado más arriba- es después de romper aguas, porque al tener las contracciones "en seco", duelen más.
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